sábado, 12 de abril de 2014

Fwd: La condena histórica de la Línea 12 del Metro.

La condena histórica de la Línea 12 del Metro.

Por Miguel Valencia Mulkay

Marcelo Ebrard se topa por primera vez con Tláhuac en 2004, por los linchamientos en el pueblo de San Juan Ixtayopan: lo destituye Vicente Fox como titular de la Secretaría de Seguridad Pública del DF. En adelante no olvidará a esta delegación. En 2007 hace público su proyecto de Línea 12 del Metro a Tláhuac y desata las primeras reacciones de los ejidatarios de esa delegación que tiene una importante población campesina y muy viejas tradiciones comunitarias y de nuestra Red, ECOMUNIDADES, vieja opositora a las grandes infraestructuras de transporte y a los megaproyectos.  El anuncio de la construcción de la Línea 12 a Tláhuac nos sorprendió mucho: la información que teníamos en 2007, al respecto del costo de las líneas del Metro, señalaba  que eran el tipo de inversiones prohibitivas en ciudades tan empobrecidas como la ciudad de México;  era ya excesivo su costo para un país muy endeudado como México.  Había pasado la época en la que México podía darse el lujo de construir líneas de Metro.  Por otra parte, el Metrobus había demostrado ya, no sólo que podían construirse cinco o siete kilómetros de transporte masivo de este tipo, por cada kilómetro de Metro, sino que el transporte público en la superficie de la calle es preferido por el usuario de la ciudad de México.

Desde hace décadas, el Metro confirma su fracaso en la Cuenca del Valle de México: impulsa la urbanización de muy lejanos territorios, a más de 20-30 kilómetros de sus terminales; para la gran mayoría de los usuarios del Metro, el viaje diario en este tipo de transporte es sólo una de sus tres o cuatro etapas. Esta urbanización, cada día más lejana, produce un continuo aumento en los tiempos promedio diarios  de transporte y en las distancias promedio diarias recorridas (ahora, más de cuatro horas diarias promedio, para la clase trabajadora); también, genera el despoblamiento de las delegaciones centrales del DF, la degradación urbana del Centro Histórico del DF y de los pueblos antiguos de esta cuenca, y el aumento continuo en el uso del auto, microbuses y autobuses que alimentan al Metro. El continuo alejamiento de las viviendas provocado por el Metro, aumenta el consumo de gasolina y electricidad (y por lo mismo, la contaminación del aire), destruye los bosques y campos de cultivo periurbanos (fundamentales para la permanencia de la ciudad y sus emergencias), concentra demasiada urbanización, industrialización y habitantes en la cuenca del Valle de México, proporciona el soporte o la estructura a la ecocida y genocida megalópolis del Valle de México.

En 2008, la Línea 12 fue denunciada en la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial del DF, PAOT: la construcción de su terminal a la mitad de un campo de cultivo( el ejido de San Francisco Tlaltenco), tiene el propósito de elevar el precio de los terrenos en los territorios campesinos de Tláhuac, Milpalta, Chalco y otros municipios en las sierras Chichinautzin y Nevada (Popo e Ixtaccíhuatl); esta elevación de los precios provoca el cambio a usos urbanos, en el uso del suelo de zonas agrícolas o de protección ecológica, en beneficio de grandes inversionistas ligados al gobierno del DF. La terminal de Tláhuac está en línea recta a solo 40km de Yautepec, Morelos. El proyecto de la Línea 12 del Metro involucra una gran especulación con terrenos localizados en vastos territorios en el sur de la cuenca del Valle de México y el norte del estado de Morelos, y la eliminación de las reservas ecológicas y la vida campesina en estos territorios. Entre los objetivos principales de la línea 12 del Metro está la construcción de centros comerciales, grandes bodegas, industrias, hospitales, unidades habitacionales, instalaciones para la incineración de basura, cuarteles policiacos y sobre todo, de nuevas vías rápidas que unan los municipios del estado de México y del Estado de Morelos, con el Distrito Federal. Se trata de un proyecto para crear en los próximos años una nueva gran conurbación sur, tipo Ecatepec, sobre reservas ecológicas y montañas que sirven para la recarga de acuíferos y la existencia de una rica biodiversidad. La PAOT fue incapaz de pronunciarse contra este megaproyecto.

La línea 12 se impone con gran violencia: se utilizan miles de policías y granaderos, para sofocar las protestas de los ejidatarios; se emplean cientos de agentes gubernamentales, para hostigar, manipular, desinformar a los afectados por la obra; se usan entidades públicas y privadas, expertos, comunicadores, para avalar y alabar los beneficios y ventajas de este megaproyecto. La secretaría del Medio Ambiente del DF(la ambientalista Martha Delgado), aprueba una Manifestación de Impacto Ambiental de esta línea que supera los niveles habituales de mentira, falsa ciencia y falta de ética en este tipo de documentos.  Los delegados en Tláhuac, diputados locales y militantes del PRD-DF intervienen para dividir a los ejidatarios  y desalentar las protestas. La justicia del DF se pone a favor del proyecto y contra los derechos humanos. Se producen encarcelamientos de ejidatarios en resistencia e inclusive asesinatos (Manuel Cadena). No es para menos: se trata de una gran expoliación de tierras campesinas: se ofrecen pagos insignificantes por las tierras ocupadas por la Línea 12 del Metro; tierras que ya han duplicado o triplicado sus precios originales. En toda esta violencia se aprecia un gran desprecio por la vida campesina, de parte del gobierno del DF, del gobierno federal, de los legisladores y jueces de todos los niveles: del Estado mexicano. En Marcelo Ebrard destaca su odio contra los campesinos de Tláhuac.  

Las fallas detectadas en el funcionamiento de la Línea 12 sólo vienen a confirmar la naturaleza corrupta, autoritaria, extravagante, desmesurada, de este proyecto: es evidente que fue necesario aprobar diseños y ahorros indebidos para lograr su inauguración antes de la salida de Ebrard. Se recurrió a proveedores españoles (CAF) de poco prestigio internacional. La ambición presidencialista de Ebrard está en el origen de este proyecto desastroso. Hay que reconocer que la opinión pública acepta este proyecto debido a la gran desinformación que existe en las universidades y en la sociedad, sobre los efectos perversos del transporte en las comunidades y en el Medio Ambiente, y debido a la vigencia de ese gran mito creado por intelectuales de izquierda que atribuyen grandes virtudes a ese concepto caduco de transporte que llamamos Metro, que no es una buena alternativa al uso del automóvil. Marcelo Ebrard se salió con la suya al construir la Línea 12 del Metro. Esperamos que la historia condene la destrucción que hace este megaproyecto, de la vida campesina del DF, de los campos de cultivo y de los bosques del suroriente de la Cuenca del Valle de México, así como de la vida de tantos usuarios del transporte público de la ciudad de México que gracias a la Línea 12 viajaran más de cuatro horas diarias para ir a trabajar. No lo olvidaremos nunca.       

México DF, 10 de abril de 2014  

viernes, 4 de abril de 2014

Ecopolítica de los núcleos urbanos.- Víctor Toledo.- Iniciativas en la ciudad de México

El dilema

Entre amantes de la naturaleza, la decisión de huir de la ciudad o permanecer en ella y luchar contra el imaginario dominante tan colonizado de los habitantes de las ciudades ha sido un viejo tema de discusión. ¿Cuál es la mejor vía para defender la naturaleza? 
permanecer en la ciudad de México y comprometerme con el ecologismo urbano. 
Me parece que huir de las ciudades en muchos casos implica huir de los retos y problemas de la vida moderna, y por otro lado, los habitantes de las ciudades, cuando van a vivir al campo, habitualmente contaminan la vida silvestre y la vida de los pueblos indígenas o campesinos. 
En 1991 apoyé la fundación del Foro Regional Ecologista del Valle de México, para ocuparnos del desastre ecológico de este territorio; en 1993 apoyé la fundación de la Liga por el Aire Limpio, para resistir el uso del transporte, en especial, el auto; en 1996 promoví la fundación del Calpulli Nápoles para difundir conciencia ecológica en la colonia Nápoles y otras cercanas y elaborar propuestas específicas para esta colonia y para la ciudad de México en su conjunto(urbanismo de barrio); conseguimos la aprobación del Programa Parcial de Desarrollo Urbano para las colonias Nápoles, Ampliación Nápoles, Ciudad de los Deportes y Nochebuena. En los años 90 el Foro Regional organizó 26 foros regionales ecologistas en diversas colonias y pueblos del Valle de México, para difundir alternativas a los problemas de energía, agua, biodiversidad, residuos, anticulturas. Hace diez años, varios compañeros lanzamos la iniciativa Belén de las Flores, para promover la urbicultura y otras ecotecnias en el poniente de la ciudad; en ECOMUNIDADES hemos trabado amistad con luchadores campesinos junto a la ciudad de México. 
Hoy en día, la iniciativa Comunidad Madre Selva del compañero Mauricio Villegas y su madre, retoma las experiencias de Belén de las Flores y otras de los últimos 25 años. Los activistas del descrecimiento en países europeos, en Australia, en Montreal, en EUA,  ensayan en estos momentos una gran cantidad de estrategias ecologistas productivas en ciudades; se multiplican en el mundo los ensayos de subsistencia ecológica y vida alternativa en las ciudades ante los embates de la globalización. 
En los próximos días, la Red en Defensa de la Ciudad de México convoca a una reunión de defensores de la naturaleza y el tejido social de este territorio, para discutir la manera de fortalecer el cambio de vida en la ciudad de México y la defensa de sus riquezas naturales y culturales. Esperamos a quienes quieran asistir. 

Miguel Valencia
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Ecopolítica de los núcleos urbanos
Víctor M. Toledo
La Jornada, 1 de abril de 2014, Opinión, p 31

En la semana que pasó este autor tuvo oportunidad de participar en varios encuentros y de dialogar con diferentes sectores sociales: estudiantes, profesores, investigadores, ciudadanos de a pie, jóvenes militantes. En todos ellos surgió una pregunta, casi un reclamo: ¿Y las ciudades? Por diversas razones la mayoría de las experiencias y proyectos ecopolíticos exitosos y que han mostrado una cierta permanencia se encuentran en las zonas y poblados rurales. Estos proyectos se han construido ahí donde los pueblos, resistiendo y remontando situaciones de crisis o amenazas a su existencia, se han organizado para transitar hacia modelos de contracorriente ligados a la producción y/o los servicios.

¿Qué acciones y tareas deben promoverse en las ciudades desde la óptica ecopolítica? ¿Dónde se ubican en esta perspectiva los asalariados urbanos (obreros, empleados, profesionistas, trabajadores)? ¿Por qué hay tan pocas experiencias de inspiración ecológica en las ciudades, donde habita ya la mayoría de la población? Nos parece que, de alguna forma y por diversas circunstancias, se ha caminado una primera etapa de carácter esencialmente rural, y que justamente la clave para involucrar a los núcleos urbanos se encuentra en su articulación con los agentes o actores del campo ya sumergidos en las resistencias y proyectos socioambientales. Se trata de realizar una conexión suprema de sectores rurales que trabajan ya en modelos alternativos de producción y servicios, con sectores de consumidores real o potencialmente preocupados por lo que respiran, comen, beben, desechan. Se trata de gestar cadenas alternativas de producción, cada vez más extensas y robustas, redes de producción, circulación, transformación y consumo, construidas bajo una lógica diferente a las del capital, la ganancia individual y la usura. Para ello se deben construir proyectos inspirados en la agroecología y la economía solidaria. Pero no sólo eso, hay también un conjunto de tareas propias que pertenecen a los habitantes de las urbes, tales como las formas socialmente controladas de generación de energías renovables y de agua, el reciclaje de desechos, el uso de materiales adecuados, y la generación de alimentos dentro de los hogares, conjuntos habitacionales, edificios y barrios, bajo ecotécnicas diversas. Veamos qué tanto se ha avanzado en estos rubros.

En los países industrializados la iniciativa más vigorosa y conocida es la llamada comunidades en transición ( transition towns), que se inició en dos poblados de Irlanda e Inglaterra en 2006 y que hacia 2013 registraba ya mil 107 proyectos en 43 países (ver). Con la mayoría de las experiencias en Europa, Estados Unidos, Canadá y Australia, las comunidades en transición realizan proyectos de autogestión inspirados en la idea de que las acciones locales pueden cambiar al mundo. Sus principales líneas de trabajo son la producción de alimentos sanos, el uso de energías alternativas, el mejoramiento de calles y áreas comunes, la creación colectiva de panaderías, bares y centros de reunión, etcétera.

Frente a la crisis económica que ha afectado de manera severa a países como Grecia, Portugal y España, han surgido iniciativas autogestionarias de emergencia en ciudades y barrios de enorme interés. En España existen novedosas experiencias en barrios de Madrid (Lavapiés, Prosperidad) y Barcelona (Sants, Sant Antoni). Muchos de estos proyectos han surgido a consecuencia de las acciones de losokupas, el equivalente urbano del brasileño Movimiento de los Sin Tierra (MST). Uno de los más celebres ejemplos es la lucha por tomar y gestionar desde la ciudadanía la antigua fábrica textil de Can Batlló en Barcelona, la cual ha creado ya una biblioteca popular, un centro social, la producción de alimentos en los baldíos, mejoras en arquitectura, todo bajo la acción colectiva y la participación solidaria de profesionistas de todo tipo. En Granada, donde existe un vigoroso movimiento por alimentos sanos u orgánicos, los colectivos urbanos han creado centros de acopio, venta y distribución, y trabajan por articularse con los pequeños agricultores campesinos de la vega de Granada y la Alpujarra (en la Sierra Nevada), quienes aún utilizan sistemas tradicionales de riego de origen árabe hasta con mil años de antigüedad.

El caso más célebre es sin duda el ocurrido en las principales ciudades de Cuba. Ante la caída de la Unión Soviética que le cambiaba azúcar por petróleo, el país entró en una crisis de energía y por ende económica y alimentaria. Colapsado el sistema agroindustrial socialista con base en el petróleo, los cubanos se quedaron sin alimentos básicos. Sólo un movimiento autogestionario de los barrios de La habana y otras ciudades, inspirado en la agroecología logró generar alimentos en los baldíos y parques urbanos. Hacia 2009 existían ya 383 mil unidades urbanas, que en unas 50 mil hectáreas dan origen a una producción de más de 1.5 millones de toneladas de hortalizas (ver El poder de la comunidad).

Para los habitantes de las ciudades la ecología política entra por el estómago y los pulmones, es decir, por los alimentos, el agua y el aire que respiran. Ante el aumento de enfermedades cuyos orígenes están en los alimentos agroindustriales, rebosantes de venenos, conservadores químicos, traídos desde sitios lejanos, y en consecuencia con un alto costo energético de un transporte contaminador, y del aire lleno de sustancias y partículas tóxicas, la acción ecopolítica requiere de la participación de las familias de manzanas, conjuntos, edificios. La acción debe centrarse en su propio hogar y en la promoción de demandas colectivas sobre el entorno. Igualmente en las escuelas, fábricas y oficinas, se deben levantar demandas por alimentos sanos, prácticas no contaminantes, reciclaje de basura y desechos, emanación controlado de substancias y gases, transporte público gratuito y no contaminante, ciclopistas, etcétera. De gran importancia es la creación de mercados alternativos o de redes de productores y consumidores de alimentos sanos y otros productos. Tras una década, en México existen una veintena de tianguis orgánicos en 15 entidades del país (ver).* En suma, la dimensión urbana de la emancipación social y ambiental es el paso siguiente.

miércoles, 2 de abril de 2014

La torre "chueca" de Pedregal 24, la construcción del caos en la ciudad de México

La torre “chueca” de Pedregal 24, la construcción del caos en la ciudad de México

Pedregal 24 es un terreno de unos 4,500 m2 que se localiza en la colonia Molino del Rey junto a la vía del antiguo Ferrocarril a Cuernavaca, hoy ciclopista, en el tramo que colinda con un pequeño parque de la segunda sección de Chapultepec (el “parque de la Luz”, llamado así por los vecinos, por estar junto al sistema de luces que marcaban hasta hace un año el punto  donde cayó el avión que transportaba a Camilo Mouriño y por los monumentos en memoria de las personas muertas en ese accidente); el parque está contiguo al periférico y a la fuente de Petróleos Mexicanos, y a una cuadra del Paseo de la Reforma. En este predio se encontraba el edificio del antiguo Súper Servicio Lomas (Cadillac), diseñado en los años 50 por el arquitecto ruso Vladimir Kaspé, que fue demolido en 2011, a pesar de estar catalogado por el INBA. En 2007, el grupo Dahnos (Daniel hermanos) e Hispamex, un grupo inmobiliario español de Amancio Ortega (Grupo Zara), lanzan el proyecto de la torre Bicentenario de 70 pisos, con el apoyo de Marcelo Ebrard y el Arq. Felipe Leal, anterior secretario de la SEDUVI. El proyecto fue defendido por el representante de Dahnos, el Arq. Jorge Gamboa de Buen, quien fuera hace unos 20 años alto funcionario del desarrollo urbano de la ciudad de México y que en su declaraciones en la ALDF “destacó la necesidad de construir grandes edificios para favorecer la competitividad de la ciudad de México. Hay una correlación muy estricta entre las construcciones de edificios y la prosperidad económica de una ciudad”. (Hay una correlación muy estricta entre la construcción de grandes edificios y la quiebra del erario de la ciudad y el caos urbano y ambiental)

En su momento, vecinos de Molino del Rey, Las Lomas de Chapultepec  y otras colonias rechazaron este proyecto que también fue objetado por el gobierno federal, por su cercanía a Los Pinos, por estar en una ruta de entrada de aviones a la ciudad, por estar catalogada la edificación de Kaspé. El proyecto fue cancelado por Marcelo Ebrard a finales de 2007, sin embargo, en 2010, junto con el delegado Demetrio Sodi , autoriza la demolición del viejo edificio de Kaspé catalogado por el INBA y la construcción de la torre corporativa Virreyes de 25 pisos, diseñada por el Arq. Teodoro González de León. Esta torre tiene una fachada inclinada unos 30 grados de la vertical, lo que permite aumentar bastante la superficie de los pisos superiores: el primer piso tiene una superficie de 1,600m2 mientras el piso 25 tiene una superficie de 3,400 m2; por ello los vecinos la llaman la torre “chueca”. Además, tiene una característica única en el mundo de los rascacielos: tiene un estacionamiento subterráneo de 14 niveles  que puede requerir más de una hora para entrar o salir de este gran hoyo en horas pico: un enorme riesgo de protección civil. Por sus muy altos pisos: 4.5m, el edificio tiene gran altura (130m aprox).  Tiene un área rentable de 66,000m2 y puede tener unas 5,000 personas trabajando. Para lavar imagen, cuenta con un “museo de sitio”, hecho a partir de un pequeño resto del viejo edificio del Súper Servicio Lomas de Kaspé que se conserva en la punta angosta del terreno.

Desde hace años, la colonia Molino del Rey y sus alrededores tienen habitualmente 12 horas de congestionamientos, por esta razón el Grupo Danhos busca la autorización para construir un túnel bajo la superficie del Bosque de Chapultepec, con el fin de conectar el estacionamiento subterráneo de la torre “chueca”, con el Paseo de la Reforma y la lateral del periférico y , en el otro extremo de la torre, prolongar la calle Teapa, que pasa a un costado de la torre, sobre el parque que pertenece a la segunda sección del Bosque de Chapultepec, con el fin conectarla con la lateral del periférico. En apoyo a estos proyectos, el gobierno del DF abandona desde hace algunos años el cuidado de este “parque de la Luz” y manda talar los eucaliptos mayores- los árboles dominantes en esta sección de Chapultepec son eucaliptos-  para justificar  su poco “valor ambiental” y su desaparición. El antiguo proyecto de la torre Bicentenario consideraba la posibilidad de construir en este parque un estacionamiento subterráneo de 100,000 m2, con capacidad para más de 6,000 autos. Es un parque muy codiciado.

 Vecinos de Molino del Rey, Lomas Virreyes y Polanco rechazan rotundamente la construcción de este túnel y esta nueva calle sobre el Bosque de Chapultepec. Difunden copia de un supuesto convenio entre la coordinadora vecinal de Molino del Rey, Aristela Cerna, y el consorcio Pedregal- Hispamex en el que los vecinos “exigen” la construcción de este túnel y esta prolongación de la calle Teapa en los terrenos del Bosque de Chapultepec; firman como testigos David Razu, director general de gobierno de la Miguel Hidalgo y un director de desarrollo urbano de esa delegación. No se sabe de consulta alguna a los vecinos con respecto a este supuesto convenio. La torre “chueca” se construye con el respaldo de amparos, para evitar verificaciones a la obra que ya provocó la muerte de tres trabajadores. De acuerdo con los vecinos, estos amparos provienen del juez Álvaro Tovilla, que al parecer ha tenido acusaciones por los elevados ingresos en sus cuentas de banco. El Consejo Rector del Bosque aún no se pronuncia sobre la autorización de estas obras sobre el Bosque de Chapultepec: está dividido. El delegado Víctor Romo espera la reacción de los vecinos, para decidir sobre estas obras sobre el parque.    

Salta a la vista que esta torre “chueca” tiene efectos cataclismicos sobre la segunda sección del Bosque de Chapultepec, Molino del Rey, Las Lomas de Chapultepec, periférico norte, Polanco y en general sobre el poniente del Distrito Federal: cae como una bomba atómica que explotará en cámara lenta a lo largo de varios años, alterando el equilibrio del uso del suelo y la movilidad en la zona, provocando la expulsión de la vivienda tradicional, eliminando áreas verdes y edificaciones de valor arquitectónico como la obra de Kaspé, fomentando la construcción de nuevas torres de igual o mayor tamaño, verticalizando la zona, contribuyendo a la mala calidad del aire, elevando los costos urbanos y la ruina de la ciudad . Indudablemente, esta torre es un tumor urbano que provocará mucha muerte y enfermedad urbana en su alrededor. Los inversionistas de esta torre consiguen sus utilidades a costa del perjuicio económico y social de los habitantes de la ciudad de México. Este proyecto es emblemático de la mentalidad enemiga de la ley, el tejido social, la ecología y la ciudad, de los inversionistas extranjeros, como el Grupo Danhos-Hispamex y de los políticos-empresarios, como Marcelo Ebrard, Miguel Ángel Mancera, Felipe Leal, Simón Neumann, Martha Delgado, Tanya Muller, Jorge Gamboa de Buen, Teodoro González de León. Su lema Construir para destruir, Destruir para construir.  Los dogmas de la competitividad, impuestos por los inversionistas extranjeros y sus socios mexicanos, chocan frontalmente con la conservación de las áreas verdes, los suelos limpios, el agua limpia, el aire limpio, la biodiversidad, el tejido social, las culturas, la convivencia humana, la creación de ciudad. El gobierno del DF está secuestrado por los inversionistas extranjeros que proyectan la explotación exhaustiva de la ciudad de México en el menor tiempo posible. O les ponemos un freno o acaban con la ciudad de México en pocas décadas. Debemos poner un alto a la corrupción en el gobierno del DF y al caos urbano y ambiental construido por las grandes edificaciones. 

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Miguel Valencia

Ecomunidades

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