El "deprimido" Río Mixcoac - Insurgentes no sirve: tienen razón los vecinos opositores.
El "deprimido" Río Mixcoac -Insurgentes que pretende construir el gobierno del DF no resuelve los problemas que quiere resolver: no ahorrará tiempo, ni reducirá la contaminación del aire, todo lo contrario. La mejoría temporal en la circulación de vehículos que podría llegar a conseguir esta infraestructura no compensa los congestionamientos colaterales o desplazados a las calles de las colonias contiguas o cercanas que provoca su construcción, mucho menos los congestionamientos que ocasionará en pocos años a consecuencia de la muy significativa contribución que hace a la inducción del uso del automóvil en la ciudad de México.
Las vías rápidas se construyen al cortar la circulación transversal en muchas calles y hacer una sutura en las calles en el sentido en el que se quiere favorecer la circulación; así se hace una transferencia de privilegios de circulación en cierto sentido que tiene como consecuencia frenar la circulación en las calles y avenidas en su contigüidad y cercanía; estas acciones de corte-sutura que permiten hacer una vía rápida producen una aparente mejoría en la circulación en un punto: se ganan algunos minutos de rápida circulación que luego resultan anulados por la pérdida de tiempo cuando se regresa a la muy lenta circulación fuera de las vías rápidas; lentitud creada por estos mismos cortes a la circulación transversal y la sutura longitudinal. Los "deprimidos", como los distribuidores viales sólo transfieren los congestionamientos al siguiente semáforo y en círculo vicioso crean la necesidad de construir más y más "deprimidos", distribuidores viales, pasos a desnivel, segundos pisos y vías rápidas por toda la ciudad sin resolver nunca el problema de la circulación de autos, como no se ha resuelto nunca la circulación de autos en Los Ángeles, California, ciudad que no sólo tiene la mayor densidad de vías rápidas de este tipo, sino que tiene las más altas cifras mundiales de tiempo perdido diariamente en el uso del auto y una ocupación del suelo del 65% de su superficie dedicada al transporte urbano. El análisis global de la circulación de autos en la zona urbana alrededor del Circuito Interior y del "deprimido" de Río Mixcoac-Insurgentes, revela que empeora con la construcción de esta muy costosa infraestructura, tal como sucedió con el puente construido previamente en su cercanía, en Revolución y Río Mixcoac.
Si se construye este gran "deprimido" en Río Mixcoac e Insurgentes, evidentemente no se ganará velocidad significativa en las horas de gran afluencia, que son la mayor parte de las horas del día, pues habitualmente está congestionado en su totalidad, debido a su diseño y a las vías rápidas que se han construido hasta la fecha en la zona. Con este "deprimido" tendremos mayores congestionamientos en todas las entradas y salidas del Circuito Interior en la zona. Las colonias contiguas o cercanas a esta nueva infraestructura se verán muy afectadas por grandes congestionamientos- el precio que tendrá el privilegio de velocidad que se otorga a los que circularan por el "deprimido"- y se arruinará así, la calidad del aire, la vivienda tradicional unifamiliar, la "habitabilidad" o calidad de vida, la seguridad, las áreas verdes, el "medio ambiente", el uso del suelo en las laterales de Río Mixcoac y en las colonias contiguas o cercanas a este "deprimido"; las torres de oficinas y condominios se multiplicarán en ellas como sucede con el "nuevo Polanco". Se cumplirá la vieja regla del transporte en auto que dice: Los viajes cortos-salir de la colonia- se hacen largos cuando se favorecen los viajes a gran distancia. Como una bomba atómica que explotara en cámara lenta, este "deprimido"" dejara en ruinas la zona en una o dos décadas.
Los "deprimidos", los distribuidores viales, los segundos pisos, las vías rápidas, alteran radicalmente las condiciones del transporte en la ciudad: obligan a los habitantes a utilizar el auto en exceso, pues degradan mucho la movilidad en transporte colectivo, ciclista y peatonal. Son un engaño tecnológico que oculta o minimiza sus efectos secundarios, los que en pocos años se convierten en primarios. Contribuyen a crear una ciudad hecha para el uso del auto a costa de todas las demás formas de movilidad. Son totalmente contraindicados en una ciudad en la que se tiene una Ley de Movilidad que preconiza la prioridad del peatón y el ciclista en las superficies públicas; así se erogan mil pesos a favor del auto, por cada peso a favor del peatón y el ciclista.
El gobierno del DF y los supuestos "expertos en transporte" que defienden este "deprimido" están fuera de la realidad, carecen de sustento científico en sus afirmaciones, manipulan las cifras que utilizan, con el propósito de mitigar la neurosis de los automovilistas cegados por sus privilegios de transporte y proteger los intereses de las industrias y sectores sociales que se benefician del desastre de la movilidad en auto en esta ciudad, creado por "las vías rápidas". Con este tipo de infraestructuras no se consiguen beneficios legítimos en ciudad alguna: son una falsa solución al transporte en auto como lo ha demostrado el funcionamiento del transporte urbano de Los Ángeles, California y de todas las ciudades que han recurrido a este tipo obras.
El "deprimido" Río Mixcoac - Insurgentes no sirve: tienen razón los vecinos opositores.
México DF 30 de agosto de 2015
Ing. Miguel Valencia Mulkay