Las banquetas hacen ciudadCIUDADANOS EN RED 27 Abr 2010por Sara Topelson*
La calle construye ciudad, es el elemento fundamental de los asentamientos humanos.
Desde las más primitivas aldeas hasta las más modernas ciudades, cumple funciones específicas, como facilitar la libre circulación de personas y vehículos, así como delimitar y dar acceso a las casas, comercios y edificaciones diversas. Es el elemento que articula el tejido de una ciudad, el componente por excelencia del espacio público, que se complementa con las plazas, parques y jardines que definen la estructura urbana y la calidad de vida en la ciudad.
La calle, como vía de circulación, está constituida por elementos primarios y secundarios. Los elementos constitutivos primarios son la banqueta o acera destinada al peatón, el arroyo o vialidad baja vehicular y la iluminación. Los elementos constitutivos secundarios son los árboles, las plantas de ornato, los monumentos escultóricos y el mobiliario urbano.
El arbolado y la vegetación de una ciudad se distribuyen en buena parte en las banquetas de sus calles y avenidas. Su efecto en el abatimiento de la contaminación ambiental, la imagen urbana y el bienestar de la población es trascendente. El mobiliario urbano, situado asimismo en las banquetas, es múltiple y variado; comprende postes de luz y de alumbrado público, semáforos, señalamientos, paradas de autobuses, bancas, casetas de teléfono, contenedores de basura, parquímetros, puestos de periódicos y, en ciertos casos, vendedores ambulantes en sus más variadas facetas, desde comida y ropa, hasta artesanías. Algunos de estos elementos son fijos y otros son móviles o desmontables.
El modelo europeo
En el desarrollo de la ciudad moderna han tenido gran influencia el automóvil y los vehículos automotores en general, con serias repercusiones en la estructura vial y la contaminación ambiental. La configuración y constitución de la calle cambió, adaptándose a los nuevos requisitos de dimensionamiento, equipamiento y materiales de construcción. El modelo urbano estadounidense, particularmente, descansa en esta circunstancia, que se reflejará en el tejido de calles, avenidas, autopistas y elementos complementarios, como túneles, puentes y pasos a desnivel. Estas ciudades, sumamente extendidas, están hechas para el automóvil y se han olvidado del peatón, de la gente.
El modelo europeo, por el contrario, privilegia el transporte colectivo, desde el tren suburbano hasta el metro, el autobús y vehículos no motorizados, como la bicicleta. Las calles y avenidas responden equilibradamente tanto al tránsito vehicular como al peatonal, el cual ha sido incentivado en los últimos 20 años desestimulando el uso del vehículo privado. Estas ciudades están hechas para la gente, más que para el automóvil. Son más amables, más humanas, más compactas, se pueden caminar y disfrutar.
La peatonización es importante para incrementar la sustentabilidad de una ciudad, influye en la economía urbana, la calidad ambiental y el bienestar social. Las áreas para caminar son un medio de proveer soluciones interesantes y prácticas a muchos de los problemas urbanos, un retorno a la ciudad de escala humana. Las banquetas son el elemento más importante de la infraestructura, la base de la comunicación social y la convivencia vecinal, el encuentro entre lo público y lo privado, entre lo formal y lo lúdico. La memoria de la ciudad se remonta a la infancia, a los juegos infantiles que tienen lugar en las banquetas: avión pintado, rayuela, bote pateado, canicas, matatena, por sólo citar algunos de ellos. Por eso es tan importante construirlas tan amplias como sea posible.
El caso Madrid
Madrid, que ha tenido en las últimas décadas un acelerado ensanche para albergar a 6 millones de habitantes en el área metropolitana (es la tercera ciudad más poblada de la Unión Europea), es un ejemplo de la atención de sus organismos de planeación urbana y vivienda al problema de preservar el ambiente amable y sustentable de la ciudad, en el que las banquetas de sus calles y avenidas cumplen una función primordial, al facilitar la peatonización. Tanto en los viejos barrios de la ciudad como en los nuevos desarrollos habitacionales de los ensanches metropolitanos, puede observarse el cuidado en su diseño, construcción y conservación. Caminar por las anchas aceras de la Gran Vía una tarde cualquiera, contemplando los escaparates de las tiendas y las terrazas de los cafés es una delicia, como lo es también hacerlo por las del ensanche de Carabanchel, admirando los nuevos conjuntos habitacionales. En la capital española, es común observar la remodelación que se ha hecho en las calles para ampliar las banquetas y estimular los paseos peatonales, limitando el flujo vehicular. Caminarlas tiene un impacto positivo, tanto en el peatón como en la sustentabilidad de la ciudad.
Hoy, cuando la urbanización del planeta es incontenible, otorgar las mejores condiciones al peatón es indispensable para mejorar la calidad de vida urbana, como lo es también impulsar el transporte público y la redensificación, tal como está establecido en los países desarrollados, en donde se ha reducido drásticamente el número de automóviles en circulación. Construir autopistas, segundos pisos y grandes vías de comunicación ha quedado reservado a los países subdesarrollados, que no han visto resueltos sus problemas de tránsito con ello.
El caso de Culiacán
En algunas ciudades mexicanas se ha tomado conciencia de esta situación y se trabaja actualmente en la regeneración de calles y banquetas. Recuperar esos elementos es recuperar la ciudad y avanzar en la sustentabilidad. Un caso reciente es el de Culiacán. Contando con la asesoría del urbanista colombiano Enrique Peñalosa Londoño, exalcalde de la ciudad de Bogotá, el IMPLAN determinó que el Culiacán amable, respetuoso de la dignidad humana, no violento, deberá tener banquetas ejemplares en todas sus calles y avenidas, al ser ellas el elemento civilizador más importante del urbanismo. Amplias, arborizadas, bien iluminadas, con cableado subterráneo, regulación de anuncios y dotadas de ciclovías, estas banquetas deberán mantener además su nivel en las intersecciones con calles de baja intensidad vehicular. Las grandes avenidas estarán libres de estacionamiento. En las colonias más pobres se han seleccionado calles que unen escuelas con parques y zonas habitacionales, con el fin de crear corredores verdes con banquetas amplias, ciclovías, árboles e iluminación.
La ciudad genera valores y comportamientos. El espacio público iguala a los individuos. Las banquetas amplias y las ciclovías muestran que en el diseño urbano los ciudadanos de a pie o de bicicleta son tan importantes como los que tienen automóviles lujosos. En urbanismo, el interés general debe prevalecer siempre sobre el particular.
* Subsecretaria de Desarrollo Urbano y Ordenación del Territorio, SEDESOL
Fuente: http:centrourbano.com |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario