Por fin aparecieron a declarar, timidamente, en contra del auto y las infraestructuras viales, Martha Delgado, Bernardo Baranda y otros integrantes de nuestra vieja Alianza por la Movilidad Humana, después de muchos meses en que hemos esperado alguna declaración de ellos contra estas obras de Ebrard. Sus ingresos pueden peligrar.
En efecto, el principal problema con el auto es el simbólico, el del imaginario social, como ayer lo pudimos constatar en Las Lomas, en la manifestación que hicimos por Paseo de las Palmas: la mayor parte de los vecinos de Las Lomas presentes en la reunión en Sierra Ventana 275, declinaron participar en la manifestación;sin embargo, los que participamos conseguimos generar un embotellamiento monumental en esa avenida y recibimos una buena cantidad de mentadas de madre y frecuentes tentativas de atropello, por parte de los automovilistas histéricos, comunes en esta ciudad: creen que los manifestantes son criminales que deben ser golpeados y encarcelados. El culto por el auto en la Ciudad de México degrada totalmente la cordura, sensatez y convivencia de los ciudadanos y deja sin futuro a esta ciudad. Es hora de desmitificar al auto con vigor.
Ayer en la Asamblea Legislativa un diputada presentó un punto de acuerdo para solicitar a Marcelo Ebrard un declaratoria de "desastre ecológico y emergencia ambiental" para tres delegaciones: Xochimilco Tlahuac y Mipalta. Hace ya casi 20 años que hice esta propuesta a la recien fundada Asamblea Legislativa, pero, para todo el Valle de México; la reiteramos varios grupos formalmente en 2001 a Lopez Obrador. No nos hicieron caso. Claudia Sheinbaum nos consideró locos y nos retiró el saludo. No podremos avanzar mucho en salud, calidad de vida y protección de la naturaleza, mientras el Gobierno Federal y el Gobierno del DF no reconozcan que la Cuenca del Valle de México es un zona de desastre ecológico de gran categoría mundial: es una de las diez zonas más deterioradas de la Tierra.
Miguel Valencia
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